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Mejora los problemas respiratorios y otros mitos sobre la sal del Himalaya

Fecha: 01/Mar/2022

Su popularidad no es resultado únicamente de su atractivo y distintivo color rosado, sino de sus supuestos beneficios para la salud La sal rosa del Himalaya, un producto desconocido hasta hace unos pocos años, se encuentra ahora en todos las tiendas de alimentación y parece imprescindible en las cocinas españolas. El motivo para pagar por ella mucho más que una sal marina de mesa 6,8 frente a 0,23 € el kilo en un popular supermercado no es su atractivo y distintivo color rosado, sino sus supuestos beneficios para la salud. Supuestos es la palabra clave, porque en realidad, desde el punto de vista nutricional y de composición química, apenas si existen diferencias entre una y otra. Aunque lo primero que hay que desmentir es que la sal del Himalaya proceda de esa cordillera. En realidad se obtiene principalmente en la mina Khewra Salt en la zona montañosa del Punjab, en Pakistán. Pero no sólo de ahí. Potasio y magnesio en su mínima expresión Lo segundo, que igual que la sal común está formada en un 98% por cloruro de sodio. El resto son minerales como potasio, magnesio, calcio, muy recomendables desde la perspectiva nutricional, pero que se encuentran en cantidades tan mínimas que no tienen ninguna incidencia para el buen funcionamiento del organismo. Ahora bien, si lo que se busca es una sal que dé color y un sabor algo distinto a los platos, es la ideal. Los distintos tonos de rosado de sus cristales se deben al óxido de hierro y a sus muchas impurezas y pueden ir de un color rosa pálido a otro mucho más vibrante. Otro argumento a favor de consumir este tipo de sal, y que debería justificar que sea bastante más cara de una sal común de mesa, es que su proporción de sodio es menor. El mismo sodio que la sal común Según un estudio comparativo elaborado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, si en un cuarto de cucharadita de sal común de mesa se encuentran 581 mg de cloruro sodio, en la misma cantidad de la del Himalaya sólo hay 388 mg. Pero es algo engañoso si no se tiene en cuenta que al ser los granos mucho más gruesos, la cucharada de esta última pesará menos que la de una sal mucho más fina. Así que al compararlas en peso, las cantidades de cloruro sódico se igualan. Otra cosa es que al parecer se necesita menos cantidad de la del Himalaya que la normal para conseguir la misma intensidad de salado. Se le atribuyen también virtudes medicinales ancestrales, y no se pueden negar, pero ni más ni menos que las que tienen las sales procedentes de otros lugares del mundo. Tan curativa como la marina Hace miles y miles de años que se descubrieron las propiedades conservantes y curativas de la sal, como la de contribuir al mantenimiento del equilibrio de fluidos en el organismo, el buen funcionamiento de la musculatura o para subir la tensión sanguínea baja. Tampoco parecen muy justificados otros beneficios que se le achacan, como mejorar los problemas respiratorios. A tal efecto se comercializan unas lámparas realizadas con bloques de sal del Himalaya, cuya eficacia está por ver. Lo mismo que su uso como sales de baño en spas de todo el mundo. A favor de la sal del Himalaya hay que decir que es más natural que buena parte de las que se venden refinadas, a las que se incorporan agentes diversos para prevenir que se humedezcan y se apelmacen. Dicho esto, no hay por qué renunciar a ella, aunque cueste bastante más cara, si lo que se busca en esta sal es su particular sabor y su atractivo color. Recuerda que puedes probar la sal del himalaya en tu tienda María Drexler Fuente:https://www.lavanguardia.com/

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"Soy berlinés"

Fecha: 22/Feb/2022

Berliner, Kreppel, Krapfen, Pfannkuchen – estos son algunos de los nombres en alemán de este rico y esponjoso buñuelo que se consume sobre todo para la época de carnaval. Este pastel redondo y dulce del tamaño de un puño que se fríe cuando el aceite o la grasa alcanza su punto de ebullición y lleva mermelada de relleno, llega todos los años para anunciar algo especial. Una vez que aparece en Alemania en los escaparates de las panaderías y en las estanterías de los supermercados, todo el mundo sabe que ha llegado el esperado momento. Estamos en la época del carnaval, la denominada "Quinta estación del año", para algunos la más bella de todas. Se celebra entre el invierno y la primavera, lejos del verano y del otoño, y dura solo unos pocos días. Pero es una época de inmensos festejos, como nunca más sucede el resto del año. La gente se disfraza, festeja, se balancea al compás de la música y bebe. Y siempre y por doquier escolta culinariamente las fiestas el pastel redondo fuertemente azucarado por fuera. Sus nombres son muy diversos. Al igual que el evento que acompaña, que dependiendo de la región se llama Karneval, Fasching o Fassnacht, también hay diferentes denominaciones regionales en alemán para la berlinesa o bola de fraile. A veces con mostaza en vez de mermelada En Berlín se llama "Berliner" o "Pfannkuchen", en Alemania del Este solo "Pfannkuchen", en Hesse, Hesse renana y Turingia es conocido como "Krapfen". También los rellenos son diversos. En el norte se prefiere la mermelada de color rojo, en el sur la de albaricoque o damasco, en el este la de ciruela, en Baden, Suabia y Franconia lleva a veces mermelada de escaramujo o rosa mosqueta. Existen versiones gourmet con crema de champán. Y no faltan los graciosos que le ponen a veces mostaza para desagradable sorpresa del comensal y regocijo general de los iniciados. Es que es carnaval y lo importante es la diversión. Sobre todo porque después ya no hay mucho para festejar y reír. Después del carnaval empieza para los cristianos la Cuaresma, que se prologa hasta la Pascua. Por eso la berlinesa era en sus inicios la última oportunidad de abusar de alimentos calóricos antes del obligado ayuno. Devastadoras consecuencias para cocina y caderas Se cuenta que en la Edad Media los monjes recomendaban fortalecerse con este buñuelo antes del inicio de la Cuaresma. En esas épocas, el bollo aun no era redondo y se cocía al horno. Según la leyenda, esto cambió en 1756 cuando un pastelero de Berlín quiso servir como artillero en las tropas de Federico el Grande, pero fue calificado como no apto para el servicio militar. En compensación, se ofreció como panadero de campo para el regimiento. En agradecimiento por el servicio, cuentan, el pastelero le dio a la masa la forma redonda de balas de cañón y, como no disponía de horno, la freía en aceite. Desde entonces, los buñuelos se fríen en aceite y probablemente son culpables de un número similar de incendios hogareños al del árbol de Navidad con velas de verdad. Pero mucho peores son sus devastadoras consecuencias para las caderas del consumidor. Porque el contenido calórico de la berlinesa puede variar, en función de relleno entre 200 y más de 300 calorías por cada 70 gramos, superando incluso al pastel de queso o la torta Selva Negra. Por eso, con el consumo de berlinesas los alemanes se acercan cada vez más a la forma de su pastel favorito. Y en caso de que quede muy ajustado el disfraz de carnaval del año pasado, no importa: estamos en época de carnaval y todo está permitido: "Soy un berlinés" – redondo, dulce y muy apreciado. Fuente:https://www.deutschland.de/

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¿Cuál es la mejor época para viajar a Alemania?

Fecha: 15/Feb/2022

Alemania es un país lleno de cultura y destinos turísticos dignos de visitar, razón por la que resulta imposible verlo todo en una sola época del año. La siguiente guía está dirigida a aquellos turistas que piensen tomar una vacaciones en este país, para que así puedan elegir la temporada que más se ajuste a sus expectativas. Uno de los países más interesantes en toda Europa definitivamente es Alemania. Sus 357.022 km² de territorio, en los que habitan unos 83 millones de habitantes, albergan ciudades, pueblos y lugares hermosos, con atractivos para todos los gustos. Considerada tierra de poetas y pensadores, Alemania es un país con un marcado sello cultural e intelectual. Revolucionarios científicos como Nicolás Copérnico y artistas virtuosos como Ludwig van Beethoven, nacieron en este territorio mágico y de ensueño. A todo esto se suman los hermosos paisajes con los que cuenta el país. Las ciudades más bonitas de Alemania como Hamburgo, Berlín, Rothenburg ob der Tauber, Nuremberg o Múnich, no solo son lugares llenos de vida y cosas interesantes que hacer, sino que albergan verdaderas bellezas arquitectónicas y naturales, que realmente vale la pena visitar. No es de extrañar entonces que Alemania sea uno de los destinos estrella entre los turistas es un país tan popular entre los viajeros, que se estima que unos 84 millones de turistas extranjeros visitan el mismo cada año. Incluso, se estima que un tercio de los alemanes prefieren pasar las vacaciones dentro de su propio país, explorando todo lo que tiene para ofrecer. La gastronomía, los paisajes naturales, los festivales y la gente, son las principales razones por las que disfrutar de un viaje a Alemania resulta tan emocionante. El país simplemente ofrece una experiencia única que ninguna otra nación puede igualar. El verano es una época ideal Las razones para viajar a Europa son muchas, siendo Alemania una de las más relevantes. Todo el continente cuenta con hermosos paisajes, una profunda historia, propuestas gastronómicas increíbles y precios bastante económicos. Es algo que especialmente se aplica al territorio alemán. Al planificar el viaje a este país para pasar unas vacaciones, muchos se preguntan cuál es la mejor época para hacerlo. Cada persona tiene expectativas diferentes, por lo que es importante conocer los meses más adecuados para disfrutar los destinos que tiene este país maravilloso. Lo cierto es que la “mejor época” para visitar Alemania depende completamente de los gustos que tenga el turista. Todos los meses son ideales para viajar, sin embargo, cabe esperar que según la época que se visite, se podrán tener más o menos ventajas. Por ejemplo, a aquellos que les gusta el sol y el verano, pueden visitar Alemania durante junio, julio y agosto. Es la temporada de los festivales, siendo una época ideal para visitar, si lo que se busca es disfrutar de ceremonias de comida o arte. Son muy interesantes: el Festival de Ópera de Múnich, la Semana de la Moda Mercedes-Benz, e incluso, el Festival de Vino en Stuttgart. Además, es la temporada ideal para darse un refrescante baño en alguno de los mejores lagos alemanes. El lago Eibsee en Baviera, el lago de Cospuden en Sajonia y el lago Wannsee en Berlín, están entre los más hermosos, llegando a ser destinos imperdibles dentro del país. Ofrecen aguas tranquilas, con una temperatura aceptable, siendo perfectos para refrescarse en verano. Paisajes nevados, precios bajos y comida deliciosa Aquellos turistas que tienen como propósito ir de compras, y a su vez, quieren deleitarse con una gastronomía única, deben viajar al país durante enero, febrero y marzo. Los precios más bajos se pueden encontrar en esta temporada, abarcando los vuelos, alojamiento, alimentación y prácticamente todas las tiendas de la región. Es importante destacar que esta época se caracteriza por sus bajas temperaturas, por lo tanto, habrá que preparar bien la ropa para abrigarse correctamente. Esto, a su vez, tiene una ventaja, los paisajes nevados impresionarán con su belleza. Quienes busquen conocer un poco de la comida alemana están de suerte, pues al haber precios muy bajos, será posible degustar una gran variedad de platos típicos. El ‘rouladen’ (rollo de carne de res), los diferentes tipos de ‘wurst’ (salchichas especiales de Alemania) y el ‘spätzle’ (fideos de huevo), son platos recomendables para todo aquel que visite el país. Los amantes del dulce pueden probar un delicioso tipo de pastel de manzana llamado ‘apfelkuchen’, el cual está empapado de canela, azúcar, pasas de uva y jugo de limón. Asimismo, el ‘kaiserschmarrn’ es una especie de panqueque especial de Alemania, reconocido por ser el favorito del emperador Kaiser Franz Josef. Aquellos que tengan un presupuesto mayor, pueden visitar el país unos meses antes, durante noviembre y diciembre, para llenar su corazón del gran espíritu navideño que se puede encontrar en las ciudades. Hay muchas fiestas conmemorativas en las grandes ciudades, contando con paisajes nevados, bazares y decoraciones espectaculares; definitivamente es una manera única de vivir esta época festiva. Oktoberfest: la temporada para los amantes de la cerveza Una de las cosas que define a Alemania en cuanto a gastronomía, además de la salchicha, es la cerveza. Y es que son muchas las marcas de esta bebida que nacieron en este país, y que hoy en día son reconocidas mundialmente, debido a su único sabor.  En este sentido, el festival Oktoberfest está dedicado a celebrar las tradiciones de Alemania, mediante grandes espectáculos y actividades, entre las que se encuentra tomar grandes cantidades de cerveza, claro está. Por esta razón, septiembre y octubre, los meses durante los cuales transcurre el festival, son ideales para los amantes de la fiesta y la bebida. Sin embargo, los que no toman mucho alcohol no tienen nada que temer. Y es que el Oktoberfest también ofrece una gran variedad de espectáculos, música tradicional, atracciones y comida para todo tipo de turistas. En este sentido, no solo es una fiesta en la cual tomar cerveza, sino una celebración de toda la cultura alemana en general. Sin duda, la temporada del Oktoberfest es una de las más recomendables para los viajeros que buscan días diferentes, llenos de alegría y fiesta. De hecho, son más de 6 millones de personas las que asisten al evento cada año, siendo uno de los festivales más populares de todo el país. Fuente: https://huelvaya.es/

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El debate de las macrogranjas en Alemania

Fecha: 08/Feb/2022

La polémica sobre las macrogranjas y su impacto ambiental se ha intensificado en los últimos días en España a consecuencia de las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que criticó este modelo y defendió la ganadería extensiva. Un debate similar se está dando, con más o menos intensidad, en otros países europeos, aunque las medidas contra este tipo de instalaciones todavía son escasas: solo Holanda apuesta tímidamente por cerrar algunas de estas instalaciones. Alemania: una población cada vez más concienciada El bienestar animal y la contaminación que genera la ganadería intensiva son cuestiones que preocupan a los alemanes. Cada cierto tiempo aparecen en las noticias imágenes de explotaciones ganaderas en las que aparentemente no se cumple la normativa y los Parlamentos regionales suelen debatir sobre ello. En agosto pasado una pregunta parlamentaria de los socialdemócratas desveló que en Baden-Württemberg las macrogranjas de cerdos solo son inspeccionadas cada 11,5 años de media. Los Verdes han sido muy beligerantes con las macrogranjas. En 2017, cuando negociaban una coalición de Gobierno con los democristianos y los liberales —que finalmente no salió adelante— exigieron que el acuerdo incluyera una disposición para cerrar progresivamente este tipo de instalaciones en un plazo máximo de 20 años. Ahora que forman parte del nuevo Ejecutivo tripartito —con socialdemócratas y liberales— abogan por “acabar con los precios basura” de la carne, como dijo hace unos días el ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir, del partido ecologista. En el actual acuerdo de coalición no se recoge explícitamente ninguna medida en ese sentido aunque sí habla de “la reestructuración de la ganadería” y de apoyar a los ganaderos “en el camino hacia la neutralidad climática”.   Alemania es el segundo productor de carne de cerdo de la UE, por detrás de España. Casi el 80% de los cerdos que se sacrifican proceden de granjas donde se engorda a la vez más de 1.000 animales. En los últimos 15 años, el 80% de los ganaderos han dejado de criar animales mientras aumentaba la producción de carne un 50%, según datos de la Fundación Heinrich Böll, lo que demuestra el cambio en el modelo de producción hacia las macrogranjas. Las explotaciones pequeñas están desapareciendo y, de hecho, la ganadería ecológica es prácticamente inexistente: solo el 0,6% de las granjas producen carne de cerdo bajo ese marchamo. Sin embargo, la población está cada vez más concienciada. Varias encuestas recientes muestran que cada vez más personas estarían dispuestas a pagar más por carne de mayor calidad. La organización ecologista Greenpeace ha propuesto esta semana subir el IVA a los productos animales en Alemania, que actualmente están gravados al 7%, y bajarlo o eliminarlo en el caso de frutas y verduras para compensar.   Fuente: https://elpais.com/

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Los hogares alemanes han multiplicado por seis su compra de aceite de oliva ecológico

Fecha: 01/Feb/2022

El consumo de aceite de oliva ecológico en el mercado alemán muestra una evolución muy positiva tanto en volumen como en valor. Así, los hogares alemanes han multiplicado por seis su compra de aceite de oliva en volumen y por cinco en valor en los últimos diez años. En 2019, el consumo de aceite de oliva ecológico en los hogares alemanes se situó en casi 6.500 toneladas, por valor de 51,3 millones de euros, según destaca en un estudio ICEX España Exportación e Inversiones. Este organismo señala que este positivo comportamiento viene acompañado de un concepto de comercialización muy vigente en el mercado alemán: la mayor parte del aceite de oliva ecológico es vendido por distribuidores especializados en el segmento ecológico, quienes lo comercializan bajo su propia marca y no bajo la marca del propio elaborador. Este modelo de comercialización se ha impuesto en este mercado y en este sector y se explica, sobre todo en sus inicios, por la necesidad de confianza que demanda el consumidor de que el producto sea de producción ecológica, en un contexto de proliferación de certificaciones y de posibles fraudes. A nivel general, Alemania importó en 2020 un total de 85.047 toneladas de aceite de oliva (+16,5%) por valor de 325,1 millones de euros (+8,6%). En el año 2020, casi el 80% de las toneladas de aceite de oliva importadas por Alemania correspondió a aceite de oliva virgen extra y más del 90% de las importaciones alemanas procedieron de Italia, España y Grecia. En concreto, el principal exportador de aceite de oliva a Alemania en 2020 fue Italia, con un 55% del total en volumen y un 57% en valor, seguida de España, que exportó 19.627 toneladas de producto, por un valor de 57,3 millones de euros, lo que supone un 23% sobre el total en unidades de peso y un 17,6% en unidades monetarias. Las exportaciones españolas han aumentado de forma ininterrumpida en volumen desde 2016, hasta alcanzar un crecimiento acumulado de casi el 30%. Este crecimiento, sin embargo, no se ha visto reflejado en valor que han aumentado en dicho periodo un 3,2%, con acusadas caídas en 2019 y 2020, según este informe. En términos per cápita, el consumo promedio anual de aceite de oliva virgen extra en Alemania se situó en 2020 en 0,82 kilogramos por persona y año, frente a los 0,73 kg. que se consumía hace cinco años. El formato de venta del aceite de oliva más común es la botella de 500 mililitros. Aunque este envase es el más común en todos los comercios analizados, ICEX subraya que la cantidad de contenido de los envases de aceite de oliva virgen extra comercializados varía en función del establecimiento en que se comercialicen. De esta forma, las botellas de 750 mililitros cobran especial relevancia en los discounters, y los tamaños de más de un litro cuentan con una mayor presencia en el Cash&Carry, en coherencia con su condición de suministrador del canal Horeca. Por otra parte, en el canal gourmet organizado se observa una mayor relevancia de los formatos más reducidos, lo que puede deberse a su mayor orientación hacia productos de alto valor añadido y de posicionamiento delicatessen. Asimismo, según este informe, la preocupación del consumidor alemán por su salud y por el origen natural de los alimentos es favorable, a priori, al consumo de un producto saludable como el aceite de oliva, que compite con otros aceites vegetales. En este sentido, aceites más baratos como el de colza o el de girasol lideran el mercado alemán de los aceites vegetales, por ser más utilizados para cocinar, mientras que el consumo de aceite de oliva se concentra en el virgen extra y para aliñar ensaladas. A su juicio, las excelencias de la Dieta Mediterránea, conocidas en este mercado, seguramente estén ayudando a incrementar y valorar su consumo; esta clara tendencia hacia una alimentación más saludable tiene, no obstante, como variable limitante, la inclinación del consumidor alemán promedio por contener su gasto en alimentación. El estudio subraya que la oferta de aceites de oliva españoles lleva años en aumento, especialmente en el segmento alto, con presentaciones cada vez más elaboradas y un mayor dinamismo en su promoción. De estas actividades, sumadas a las buenas valoraciones obtenidas en los tests y catas especializadas, se puede esperar una mejora en el posicionamiento del producto español en los próximos años. Fuente: https://www.mercacei.com/

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Alemania declara la guerra a la carne barata

Fecha: 25/Jan/2022

El ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir, de Los Verdes, quiere más alimentos ecológicos. Dice que los alimentos no deben seguir vendiéndose a precios tan bajos. Pero esto sería un gran problema para los pobres. El nuevo ministro de Agricultura de Alemania, Cem Özdemir, sabe cómo formular un buen discurso: "A veces tengo la sensación de que un buen aceite de motor es más importante para nosotros que un buen aceite de ensalada", dijo el miembro del partido de Los Verdes al periódico "Bild am Sonntag” el pasado fin de semana. En su entrevista, describió la dieta del alemán promedio como poco saludable: más del 50% de los adultos tienen sobrepeso, dijo, y culpó a los productos baratos por contener demasiado azúcar, grasa y sal. "El anterior gobierno intentó durante mucho tiempo que la industria redujera estos ingredientes con compromisos voluntarios. Eso se ha acabado. Conmigo habrá objetivos de reducción vinculantes", dejó claro Özdemir. El nuevo ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir. La calidad general de los alimentos en Alemania es baja, y también el valor de los alimentos, denunció el nuevo ministro: "Ya no debería haber precios de oferta. Llevan a las granjas a la ruina, impiden el bienestar de los animales, promueven la extinción de especies y dañan el medioambiente. Quiero cambiar eso". El precio de los alimentos deberían expresar la "verdad ecológica", dijo el ministro.El objetivo declarado del nuevo gobierno, formulado en el acuerdo de coalición recién firmado, es aumentar la proporción de tierras de "cultivo ecológico" en Alemania del 10% actual al 30% en 2030.Nada de esto es nuevo para Christoph Minhoff, director de la Federación de Alimentos de Alemania, una asociación industrial que representa a varios cientos de empresas alimentarias. "Özdemir está abriendo de golpe puertas que ya están abiertas", dijo a DW. "A fin de cuentas, no sirve de nada que una empresa intente vender algo que se quedará en la estantería. Necesitan productos que los consumidores compren". Baviera atrae a los turistas con imágenes de vacas lecheras sanas pero, en realidad, la mayoría están en establos. El precio de la carne Minhoff insiste en que la industria alimentaria ya está haciendo al menos tanto como cualquier otra industria para que sus productos sean sostenibles y respetuosos con el medioambiente. "Nadie quiere producir más carne de animales torturados", dice. "Todos estos objetivos se han formulado antes; el problema es cuánto dinero cuesta este proceso. Y la pregunta clave es: ¿quién pagará el precio?".En julio de 2021, una comisión gubernamental especial para el futuro de la agricultura industrial, formada por grupos ecologistas y de agricultores, estableció los mismos objetivos generales que Özdemir: reducir el consumo de carne y aumentar la protección del clima. De forma sorprendente, llegaron a la conclusión que un kilo de carne de vacuno debería costar cinco o seis veces más de lo que cuesta ahora: más de 80 euros (90 dólares) el kilo, en lugar de los 13 euros actuales. Esta subida de precios sería necesaria para equilibrar los costos derivados de la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Mientras que los productos lácteos deberían costar entre dos y cuatro veces más que ahora. La comisión también constató que los daños medioambientales causados por la agricultura industrial suponen un costo de unos 90 millones de euros al año, y recomendó la inversión de entre siete mil y once mil millones de euros al año para financiar la transformación de la industria agrícola en una ecológica. Mismos objetivos, diferentes caminos Los agricultores y los ecologistas no están tan alejados como a veces sugiere el debate mediático. Está claro que los agricultores quieren que sus alimentos se valoren más. Reinhard Jung, jefe del grupo de agricultores independientes "Freie Bauern" (Agricultores Libres) y agricultor a tiempo parcial, recibe con satisfacción la orientación de Özdemir. "Si los consumidores pidieran conscientemente alimentos regionales y producidos de forma sostenible, aumentarían las ganancias de los agricultores", dice a DW.Pero Jung no cree que los precios de los alimentos deban subir necesariamente para que los agricultores reciban una remuneración justa. "Si consiguiéramos arrancar un poco de dinero a los grandes supermercados, a los grandes mataderos y a las grandes fábricas de productos lácteos para dárselo a los productores, el consumidor no tendría que pagar mucho más". Los "Agricultores Libres” tienen tres ideas principales en su lista de deseos para Özdemir: En primer lugar, una etiqueta de origen en todos los alimentos, para que los consumidores puedan identificar más fácilmente los alimentos producidos localmente. En segundo lugar, lo que Jung llama "relaciones justas en la cadena de suministro", para que los agricultores sepan de antemano lo que van a cobrar. Tal y como están las cosas, las grandes empresas agrícolas le pagan a los agricultores al final y en función de las fuerzas que ejerce el mercado en el momento de la venta. "Especialmente con la leche, es un sistema increíblemente explotador", dice Jung. "El agricultor sólo se entera un mes después de lo que realmente recibe por un litro: es decir, recibe lo que sobra cuando todos los intermediarios han tenido su parte". Y en tercer lugar, Jung quiere una "ley de desagregación" que acabe con los monopolios de las grandes empresas industriales. Esto, argumenta, también podría conducir a precios más bajos mediante la competencia del mercado libre y "permitir a los agricultores desempeñar un papel activo en la competencia". El nuevo gobierno ha expresado su ambición de "desarrollar un sistema que permita compensar a las empresas agrícolas por los costes de funcionamiento y, al mismo tiempo, fomentar las inversiones en la agricultura". Pero la Asociación Alemana de Agricultores se muestra escéptica ante la posibilidad de que una ley antimonopolio se haga realidad desde el punto de vista político o jurídico. "Por supuesto, los agricultores están sometidos a una gran presión, porque los minoristas negocian en términos muy duros", señala a DW Udo Hemmerling, secretario general adjunto de la asociación. "La desagregación es realmente una opción teórica: Hay muy pocos ejemplos a nivel internacional en los que las autoridades hayan logrado disolver grandes monopolios." ¿Puede la gente pobre pagar por comida de buena calidad? Las exigencias de Hemmerling son más modestas: sugiere una prima estatal para los agricultores que ofrezcan una mejor protección a los animales y al medio ambiente. Esta inversión estatal parece inevitable, dadas las ambiciones de Özdemir, pero también es algo difícil, porque -a instancias del Partido Liberaldemócrata (FDP)- el Gobierno ya ha descartado subidas de impuestos y préstamos adicionales. Además, la cuestión tiene un aspecto social que el gobierno de centro-izquierda, con un canciller socialdemócrata, no puede ignorar: el aumento de los precios de los alimentos supone un incremento del costo de la vida, lo que sería problemático para las personas con bajos ingresos de Alemania.3,8 millones de personas dependen de las prestaciones del Estado, por lo que la Paritätische Gesamtverband, organización que agrupa a las organizaciones de asistencia social de Alemania, exige que los menos pudientes reciban compensaciones por el aumento de los precios de los alimentos. "El hecho es que la necesaria transición ecológica debe ir de la mano de una buena política social", dijo el presidente de la asociación, Ulrich Schneider. "La gente tiene que tener la sensación de que se le incluye". Por ello, Schneider consideró "desafortunado" que Özdemir eligiera como argumento principal la subida de los precios de los alimentos, en lugar de centrarse en cuestiones ecológicas y empresas sostenibles.   Fuente:https://www.dw.com/

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La comida de los alemanes

Fecha: 18/Jan/2022

¿Pizza o escalope? Te mostramos qué les gusta comer a los alemanes y cómo la pandemia está cambiando sus preferencias culinarias. Dicen que los alemanes aman las salchichas, los codillos de cerdo y las albóndigas de carne. Pero, ¿es cierto? ¡No! Porque cada vez más personas en Alemania renuncian a la carne con frecuencia y recurren a alternativas vegetarianas o veganas (55%). Tal el resultado del “Informe sobre Alimentación 2020” del Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura. A la cabeza de la lista de alimentos consumidos diariamente están las frutas y verduras (70%), seguidos de los productos lácteos (64%). Solo en tercer lugar aparecen los platos de carne y las salchichas, que tradicionalmente siempre fueron muy populares en Alemania (26 %). Las razones para elegir una albóndiga vegetal son variadas: la curiosidad (75 %) desempeña un papel importante, pero también la concientización sobre el bienestar animal (48 %), el mejor sabor (43 %) y la protección del clima (41 %). Cómo el coronavirus transforma los hábitos alimentarios La crisis del coronavirus influye sobre los hábitos alimentarios de los alemanes. La pandemia ha puesto de manifiesto cuán importante es un suministro regional de alimentos. El 83% de los alemanes prefiere hoy comprar una manzana de su región a una que haya sido transportada cientos o miles de kilómetros. También ha cambiado la frecuencia con que se cocina, ya que, durante la pandemia, los restaurantes, los cafés e incluso los comedores de empresa sólo pueden ofrecer a menudo solo comida para llevar. Por eso, el 30 % de los alemanes cocina más a menudo que antes. Sin embargo, incluso sin la crisis del coronavirus, a la mayoría (73 %) de los alemanes les gusta cocinar. Pero no todos logran cocinar regularmente: si bien el 39 % cocina a diario, el 40% lo hace solo de dos a tres veces por semana. Los platos más populares en Alemania ¿Y cuáles son los platos más populares? Tampoco aquí encontramos ni codillos de cerdo ni albóndigas. Un análisis de las consultas en Internet sobre recetas demostró que los clásicos alemanes no ocupan un lugar destacado. Los clásicos italianos, en cambio, sí: el primer lugar lo ocupa la pizza, la lasaña el segundo y los espaguetis a la boloñesa el tercero. Solo en cuarto lugar aparecen los panqueques y en quinto, los enrollados de carne. Fuente: https://www.deutschland.de/

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Estos son tus platos favoritos

Fecha: 11/Jan/2022

Maultaschen en el espacio, spätzles protegidos por la UE: te contamos lo que no sabías sobre tus platos alemanes preferidos. Preguntamos a la comunidad internacional en Alemania: “¿cuál es tu comida favorita en el país?”. Aquí te presentamos las respuestas más frecuentes, con explicaciones e información de fondo. Rouladen: el plato de la abuela Domingo, a las 12:30, en algún lugar de Alemania. La abuela ha cocinado un plato clásico alemán: rouladen de ternera: carne de vacuno arrollada y estofada con una abundante salsa oscura. Cada abuela alemana tiene su propia receta. Pero lo que nunca puede faltar: la mostaza y la cebolla. ¿Es la cocina alemana siempre abundante? ¿Necesita la cocina alemana siempre carne? En el pasado, los platos de carne muy elaborados, como el sauerbraten (carne de vacuno adobada), el rouladen (carne arrollada) y el eisbein (codillos de cerdo) se servían solo una vez a la semana, los domingos. El resto de la semana había platos más sencillos y, a menudo, incluso sin carne, que era lo único que podía permitirse la mayoría de la gente. Dato curioso: en la actualidad, ocho millones de personas en Alemania se abstienen de comer carne. Maultaschen: los ravioles alemanes Todo lo que acabamos de aprender sobre la Alemania sin carne debemos olvidarlo por un momento cuando hablamos del origen de los maultaschen. La teoría más popular se remonta al siglo XVII. Según la leyenda, un monje del monasterio de Maulbronn recibió un gran trozo de carne como regalo durante la Cuaresma antes de la Semana Santa. Para comerla a escondidas, cortaba la carne en trozos pequeños, la mezclaba con verduras y la escondía en una pasta tipo raviol. Hoy, los maultaschen se disfrutan en toda Alemania y en muchos otros países del mundo. Dato curioso: los maultaschen llegaron incluso al espacio. Durante la estadía del astronauta alemán Alexander Gerst en la estación espacial ISS en 2018, se sirvieron maultaschen. Spätzle con queso: ¡no los llames mac & cheese! Hacer spätzle es fácil: harina, huevos, agua y sal… es todo lo que se necesita. En comparación con la pasta italiana, la masa de los spätzle es más húmeda y blanda, por lo que no se puede cortar ni darle forma. La masa se pasa por una especie de rallador grueso o se extiende sobre una tabla y del borde se cortan con un cuchillo finas tiras. Los spätzle se echan directamente a agua salada hirviendo en una cacerola.  Luego, se saltean en mantequilla, se cubren con queso o se sirven como guarnición. Se dice que los spätzles solían formarse antes con pequeños trozos de masa a mano o con una cuchara. El resultado se asemejaba a un “spatz” (gorrión), por lo que se los llamó “spätzle”. Otra teoría es que la palabra “spätzle” procede del italiano “spezzato”, que significa “despedazado o quebrado”.   Dato curioso: desde 2012, solo los suabos pueden hacer spätzle de verdad. La Comisión Europea protegió como productos originales las variedades de pasta “schwäbische spätzle” y “knöpfle”. Solo las provenientes de Suabia pueden llevar el sello de calidad IGP (“indicación geográfica protegida”). Salchichas Alemanas, un manjar. Fuente: https://www.deutschland.de/

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