El sirope de arce es un producto que muchos asocian a un régimen que alcanzó gran popularidad hace unos años, pero este endulzante natural esconde multitud de efectos positivos para la salud El arce es toda una institución en Canadá. No hay más que ver esa bandera con franjas rojas y blancas cuyo centro preside una hoja de este árbol. No iba a ser menos su savia, cuyo dulzor encanta a los canadienses y, por cercanía, a los estadounidenses, que también lo producen, pero en menor medida. Los ciudadanos de ambos países son los mayores devotos de este néctar que lloran los arces durante la primavera cuando se inicia esta particular vendimia. Esta última empieza en los meses de febrero o marzo, dependiendo de las condiciones meteorológicas. No obstante, en España estamos muy poco informados de las bondades del sirope de arce, que solo alcanzó una particular fama y gloria con ocasión de una popular dieta que se basaba en este producto, el cual brota de los arces tras practicarles una delicada perforación que permite que la savia fluya hacia el exterior. En el libro 'Una granja en las Green Mountains', escrito por Alice Herdan-Zuckmayer, se explica maravillosamente el proceso: “Era marzo y Zuck llevaba a la cocina baldes con la savia que desde primera hora del día manaba de los árboles y, pasando por las espitas clavadas en los troncos, caía en los cubos colgados de los mismos. Yo tenía las fuentes del horno sobre el fogón y observaba el líquido acuoso que había de espesarse para tomar consistencia de sirope”. Lo cierto es que en España no somos muy proclives a consumir este producto, ni siquiera en los gofres que en Estados Unidos no conciben sin su buena ración de sirope de arce. Aquí, en cambio, preferimos aderezarlos con crema de cacao. ¿Qué aporta este endulzante? ¿Razones para empezar a consumirlo? Pues además de por su sabor, otras causas justifican que abracemos la causa del jarabe de arce, pues posee la mitad de calorías que el azúcar blanco, además de aportarnos potasio, calcio, vitaminas del tipo B, A y H, ácido fólico, riboflavina y zinc. En definitiva, un dulce bocado nutricional que no puede quedar reducido a un mero producto dietético que algunos emplean para poner en marcha dietas muy discutibles. Asimismo, parece que también sirve para mantenernos alejados del desarrollo de ciertas enfermedades. De hecho, algunos estudios realizados en la Universidad de Rhode Island (EEUU) han descubierto que el sirope está repleto de antioxidantes y compuestos antiinflamatorios que pueden ayudar a combatir enfermedades como el cáncer, el alzhéimer, la osteoporosis y la diabetes. A una conclusión similar llegó un grupo de investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) pues se demostró que este jarabe puede ayudar a reducir la proteína que favorece el desarrollo de alzhéimer. El extracto de jarabe de arce, poder antibiótico Pero los resultados más sorprendentes vienen de la mano de un equipo de científicos que afirma haber encontrado una forma natural de reducir el uso de antibióticos. ¿Y cómo? Pues con un extracto de jarabe de arce que aumenta exponencialmente el poder de estos medicamentos tan básicos en la salud de la humanidad. En concreto, los estudiosos han hallado una especie de sinergia que se establece entre el antibiótico y el sirope que permite obtener el mismo efecto antimicrobiano, pero empleando un 90% menos de antibióticos. Esta ventaja ayudaría a disminuir el uso de antibióticos y reservarlos para casos más graves y, de esta manera, evitar que se generen resistencias a ellos. De hecho, conviene recordar que cada día encontramos más bacterias inmunes a los tratamientos antibióticos. A Nathalie Tufenkji, codirectora de este equipo investigador y profesora de la Universidad McGill, en Montreal (Quebec, Canadá), le asaltó la idea de investigar el jarabe de arce tras enterarse de las propiedades anticancerígenas de un extracto fenólico que contiene el sirope. "Eso me dio la idea de revisar su actividad antimicrobiana". Actualmente, Tufenkji está experimentando las posibilidades del extracto de jarabe de arce en ratones. Si los resultados son los esperados, aún tendremos que aguardar unos años para que se valore su inclusión como un medicamento más. El color importa Ahora que estamos más que informados del enorme potencial que encierra el sirope de arce, conviene que expliquemos los diferentes tipos que podemos encontrar en el mercado. De hecho, quizás un atento consumidor se haya percatado de que existen siropes de arce que presentan diferentes matices de marrón, pero esta pequeña diferencia de tono tiene que ver con el momento de la temporada en la que fue extraída la savia. Así, los de color ámbar claro, considerados de categoría A, han sido extraídos al principio de la temporada y presentan un sabor dulce y suave y, por lo tanto, concentran más glucosa y menos minerales. En cambio, hacia el final de la temporada es habitual cosechar un sirope más oscuro. A este segundo se le denomina de grado B y, como mencionábamos, corresponde a una temporada tardía. La cierto es que la B está considerada de calidad intermedia. De hecho, podemos encontrar casi el doble que en el A. También cabría hablar de una tercera, la C, que, según los entendidos, es el summum de los jarabes de arce gracias a su alta concentración de minerales. En tu tienda María Drexler puedes encontrar sirope de arce de la marca Rinatura. ¿Te animas a probarlo? Fuente:https://www.alimente.elconfidencial.com/
Las distintas variedades de este vegetal también se usan para diferentes objetivos culinarios Llámelo choclo, elote, maíz dulce o maíz, a secas. Por todas estas denominaciones se conoce a este cereal cuyo nombre científico es Zea mays var. saccharata. Llegó a Europa con los primeros viajes de los conquistadores españoles, fascinados por los granos de esta planta de tallo largo y robusto que, como poco, da una mazorca al año. Claro que el que hoy podemos encontrar en el mercado poco tiene que ver con el que encontraron Colón y sus navegantes. Las mazorcas lustrosas de ahora son fruto del trasteo botánico de los agricultores del este de Estados Unidos allá por los siglos XVIII y XIX. Más en concreto, del cruce entre el maíz dulce con variedades de maíz grano. La variedad más consumida en la actualidad es, efectivamente, la dulce. Posee un elevado nivel de azúcares, ya que se recoge antes del proceso de secado del grano y parte del azúcar no llega a convertirse en almidón. Otra variedad es maíz de harina que, como su nombre indica, acaba molido para fabricar harina de maíz, apto tanto para personas con intolerancia al gluten como para los que buscan un sabor diferente a la harina de trigo convencional. El maíz de corteza dura se caracteriza por su alto contenido en almidón, un blindaje natural frente a las plagas y los cambios de clima. Se usa para fabricar fécula de maíz. El maíz reventador, conocido en cualquier cine como pop corn, estalla cuando se somete a altas temperaturas, convirtiéndose en las famosas palomitas de maíz. El maíz dentado es el primo desfavorecido del clan: con mucho almidón, poca durabilidad y condenado a servir de alimento para el ganado. En Perú existe otra variedad, el maíz rojo, de color violeta y usado para producir chicha morada, una bebida fermentada de baja graduación alcohólica. El maíz fresco en mazorca se recolecta entre junio y septiembre, pero la industria alimentaria se las ingenia con distintas formas de conservación, desde envasarla al vacío, a desgranarla y meterla en latas o, directamente conservarla, para que esté disponible en cualquier momento del año. Deja en paz a las hojas de la mazorca Un buen grano de maíz tiene que ser de un color amarillo vivo y brillante. Si va a comprar la mazorca completa, que esté entera y sin golpes aparentes. Atención a la conservación, porque de cómo se haga van a depender muchas de sus cualidades nutricionales. El maíz contiene poca agua, un factor clave para asegurarle una larga y próspera vida, pero también muchos azúcares con una facilidad pasmosa para degradarse. Los agricultores saben que nada más sacarlo del maizal hay que bajar su temperatura hasta los -1 y 0ºC para que pueda almacenarse hasta dos semanas. De no hacerlo en las primeras doce horas, puede perder hasta el 50% de su contenido en azúcar y, entonces, adiós a parte de su dulzor característico. Si compras la mazorca fresca, métela directamente en el refrigerador, cubierta con un trapo humedecida y dentro de una tartera para que no pierda humedad y, sobre todo, sin quitarle las hojas que la cubren, pues acelerará la transformación de los azúcares en almidón dando como resultado unos granos gomosos. Dicho esto, cuanto antes le hinque el diente, mejor, no porque se ponga mala, sino porque su sabor se deteriorará. Otra opción es, directamente, congelarla. Por otro lado, si compras el maíz enlatado y no lo consumes de una vez, mételo en un tarro de cristal tapado y a la nevera. Tienes cinco días para consumirlo. Energía en grano El principal valor nutricional del maíz en mazorca fresco son sus hidratos de carbono complejos y simples (85,6 gramos/100 gramos), base casi por completo de su aporte energético (392 kcal). A cambio, apenas contiene grasas (0,92 gramos). El germen de maíz es rico en grasa, y es precisamente de ahí de donde se obtiene el aceite de maíz, formado, sobre todo, por grasas poliinsaturadas (ácido linoleico principalmente). Su aporte de proteínas es bajo, apenas aporta el 8,6% de la energía, pero tiene la ventaja de que entre ellas no se encuentra el gluten. Este dato es muy interesante para los celiacos, ya que el maíz sí entra en la lista de cereales que pueden comer sin riesgo. En cualquier caso, hay que tener presente que el maíz no aporta todos los aminoácidos esenciales y, como el resto de cereales, renquea en lisina y triptófano. A cambio, es buena fuente fibra (2,7 gramos). En cuanto al grano en fresco, no es un alimento especialmente generoso en vitaminas, pero sí el seco usado para harinas y sémolas. No obstante, en el fresco destacan los folatos y la vitamina B6 (0,2 mg), clave para el metabolismo energético y reduce el cansancio y la fatiga. Con respeto a los folatos, aporta 30 mcg de esta vitamina necesaria para el funcionamiento del sistema inmunitario y cuya presencia ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga. Su déficit puede producir anemia y, en caso de mujeres embarazadas, malformaciones en el tubo neural del feto. Vino de maíz La chicha lleva mucho tiempo siendo una bebida baja en alcohol en países como Perú. Se elabora a base de jugo de maíz morado fermentado y alcanza hasta los cinco grados de alcohol. Desde hace relativamente poco ya existe un vino realizado con esa variedad de maíz que alcanza los 12-14 grados de alcohol. No es el único uso que se da a esa mazorca violácea. Los científicos llevan tiempo dándole vueltas a las antocianinas, un compuesto fenólico que le da ese tono morado y con propiedades antioxidantes. ¿Harina, maicena o sémola? Cuando uno ejerce de cocinillas nivel intermedio empiezan a surgir dudas. ¿Es lo mismo la harina de maíz que la sémola? La respuesta es no. La harina de maíz integral mantiene muchas de las propiedades nutritivas del grano. La maicena es el almidón del maíz desprovisto del germen y salvado y se usa en repostería y en otros platos salados, como la bechamel, incluso para espesar salsas. La harina de maíz, en sus diversas variedades, se emplea para las tortitas, arepas y tamales. El gofio canario es un básico de la alimentación del archipiélago que se elabora con harina tostada de maíz y agua, y se puede añadir a mueslis, sopas, guisos o tomar solo como unas gachas para el desayuno. La calidad del gofio depende en gran medida de la velocidad al molerlo: cuanto más lento, mejor aroma, sabor y textura. De ahí que se valore más el molido a mano. La sémola es un tipo de harina sin germen ni salvado. Obviamente, sus cualidades nutritivas son más reducidas y, normalmente, se usa para fabricar pastas alimenticias, como fideos, macarrones o cuscús. Mucho más que un aperitivo Las palomitas de maíz no son un aperitivo descartable, siempre que las haga en casa, con su aceite de oliva y sin venirse arriba con la sal. "El problema no es el maíz, sino los ingredientes que le acompañan", sostiene la experta de la Academia Española de Nutrición y Dietética, Iva Marques. Este snack es mucho mejor que otros con más grasas mucho menos saludables. Pero el maíz no sirve solo para mover la mandíbula mientras ve su película favorita. También se puede disfrutar del placer de una mazorca a la parrilla, simplemente con sal o con pimienta o limón. Y en las comidas principales. Un plato sencillo para asegurarse todos los aminoácidos esenciales es la ensalada templada de garbanzos y maíz con cebolla. O crema de maíz, con patatas, nata y trozos de pimiento verde. Recuerda que en María Drexler puedes encontrar Sémola de máiz ecológica de la marca Rinatura. Fuente:https://elpais.com/
Para que todos puedan disfrutar de nuestros palitos de pescado, llegó el momento de continuar con la historia de éxito del original. Producto vegano tipo barrita de pescado a base de arroz y trigo, rebozado, prefrito y congelado. Sin la adición de potenciadores del sabor. Sin adición de colorantes. Instrucciones de preparación: Preparación en el horno: Precalentar el horno a 230°C calor arriba y abajo o aire circulante. Coloque los palitos veganos sin descongelar en una bandeja para hornear forrada con papel para hornear y hornee en el estante superior durante unos 12 minutos (10 minutos con horno de convección) hasta que estén dorados. Dar la vuelta a la mitad del tiempo de horneado. Preparación en la sartén: Caliente una sartén antiadherente a fuego medio-alto durante unos 2 minutos (evite el sobrecalentamiento). Ponga un poco de aceite en la sartén caliente, deje que el aceite se caliente brevemente a temperatura media para freír y luego coloque con cuidado los palitos veganos congelados en la sartén. Freír a fuego medio durante unos 8-10 minutos, dando vuelta regularmente, hasta que estén doradas. A continuación, coloca los palillos veganos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. Puedes encontrar los palitos veganos en nuestra web de María Drexler
Jugosas y rosadas por dentro, doradas y crujientes por fuera: recién salidas de la parrilla, las hamburguesas vehappy se ven como una verdadera hamburguesa. La diferencia: están hechos sin carne y consisten únicamente en ingredientes de origen vegetal. Una mezcla de proteínas de guisante, aceite de colza y hierbas y especias asegura el sabor carnoso. El jugo de remolacha también hace que la ilusión sea visualmente perfecta. ¡BUEN APETITO! Puedes encontrar las hamburguesas veganas Vehappy en nuestra web de María Drexler
Les presentamos nuestro producto BIO Sirope de Arce de la Marca Bio Rinatura que tenemos a su disposición en Maria Drexler: Uno de los complementos más populares en la preparación de gofres y tortitas es el sirope de arce, un producto elaborado a partir de la savia de estos árboles y que en países como Estados Unidos y Canadá es ampliamente consumido. Este jarabe presenta una textura melosa y un sabor muy dulce. Su elaboración se realiza a partir de la recolecta de la savia y su posterior cocción. Así, resulta un alimento muy nutritivo y natural idóneo para todo tipo de postres. PROPIEDADES SALUDABLES: Según una investigación de la Universidad estadounidense de Rhode Island, este jugo aporta antioxidantes y antiinflamatios que reducen el riesgo de padecer cáncer, alzhéimer y osteoporisis, entre otras enfermedades. Asimismo, es un producto rico en calcio, por lo que ayuda a mantener unos huesos en buen estado. Su contenido en potasio también favorece el buen funcionamiento del sistema nervioso. El sirope de arce también fortalece el sistema inmune y contribuye a combatir la presencia de bacterias en nuestro organismo. ¡Apuntate a un estilo de vida más saludable! Puedes encontrar Sirope de arce Bio Rinatura en nuestra web de María Drexler BIO RINATURA: En Maria Drexler tenemos a su disposición una amplia oferta de productos Bio de la Marca Bio Rinatura. Los productos de Bio Rinatura son: Libres de colorantes, conservantes y sabores sintéticos. Sujetos a constantes controles de calidad y ecológicos por parte de las autoridades responsables. Sencillos y, sobre todo, deliciosos compañeros para el día a día. Ofrecen seguridad y sustentabilidad. El mercado ecológico registró en 2020 el mayor crecimiento de su historia, superando los 120.000 millones de euros
Cada vez más popular, el cous cous es un alimento sano y versátil en cocina que ha traspasado fronteras. Te contamos todo lo necesario sobre estos granos de trigo y sus enormes posibilidades culinarias. Raro será que no hayas oído hablar antes del cous cous o cuscús, una de las preparaciones gastronómicas fundamentales a la hora de entender la cocina del norte de África y cada día más presente en nuestros recetarios cotidianos. Qué es el cous cous o cuscús El cous cous es un alimento típico de la cocina magrebí. Es habitual en países como Marruecos, Argelia o Túnez, donde se considera el plato nacional, y desde donde poco a poco ha ido conquistando el mundo: primero recorriendo la cuenca mediterránea en dirección Israel, más recientemente en el tiempo favorecido por el colonialismo francés. Se elabora a partir de sémola de trigo duro que no ha llegado a transformarse en harina, que es mezclada con agua y transformada en pequeños granos de apenas un milímetro de diámetro. Aunque puede parecer un cereal, en realidad estamos ante un tipo de pasta como veremos después al hablar de su proceso de elaboración. Para su elaboración se emplea trigo y agua. El cereal se muele hasta obtener sémola, un tipo de harina gruesa empleada en la elaboración de diferentes pastas. Esta harina se mezcla en una proporción 2:1 con agua y se procesa dando como resultado bolas de diferente tamaño que se dejan secar. Finalmente se obtienen los característicos granos más o menos regulares en tamaño y forma, aunque pueden ser filtrados y comercializados en varios tamaños: pequeño, mediano o grueso. Origen del cous cous Como muchos otros alimentos, su origen es incierto, aunque cabe pensar en su surgimiento dentro de cultura bereber bastantes siglos antes que de que aparecieran las primeras referencias escritas fehacientes en forma de receta en el siglo XIII. Se sabe que ya era utilizado por las tribus bereberes que vivían en el norte de África aproximadamente en el siglo III antes de Cristo, gracias a diversos hallazgos arqueológicos, por ejemplo de ollas primitivas donde era cocinado. Era un producto popular en Al-Ándalus entre moriscos, popularidad que se trasladaría al acervo culinario castellano, siendo conocido entre otros nombres como alcuzcuz, como deja constancia su progresiva aparición en escritos y obras históricas. Al norte de Europa llegaría en el siglo XVII y XVII. Carlos X lo descubrió durante la conquista de Argelia en 1830, momento a partir del cual ganó popularidad en Francia, una popularidad que se mantiene gracias la estrecha relación que existe entre ambas regiones y la emigración. Tampoco hay consenso al respecto del origen etimológico de la palabra. Se cree que procede del vocablo bereber al kuskus, pero no queda claro su significado, que algunos atribuyen a una adaptación a partir del nombre del recipiente donde se cocina con agua y caldo al vapor. La palabra original árabe, t’aam, significa "la comida" y da buena cuenta de la importancia que tiene en su cultura como alimento de consumo diario. Propiedades y beneficios del cous cous La sémola de trigo duro que encontramos en la base de la composición del cous cous es una importante fuente de nutrientes, aunque como es lógico no cabe tomarse su composición como una fuente milagrosa de beneficios para el organismo. Posee un alto contenido en hidratos de carbono, su valor diferencial. También proteínas y fibra, mientras que apenas contiene grasas. Proporciona vitaminas principalmente del tipo B: B9, B3, B4 y B5, gracias al germen de trigo empleado en su elaboración. También contiene vitamina K y E. Además aporta potasio, magnesio, fósforo, tiamina, niacina, ácido fólico, manganeso o selenio, otro de sus importantes valores. Estas características se traducen en distintos efectos positivos para nuestro organismo. El principal es que esos hidratos de carbono aportan una importante cantidad de energía, favorecida por el efecto de las vitaminas B que contiene. Se convierte en el perfecto aliado de dietas saludables, de control de peso y para ganar masa muscular. Posee un bajo contenido calórico, ideal para cuidar los niveles de colesterol en sangre y a largo plazo el sistema circulatorio y cardiovascular. En este sentido, el selenio de su composición es difícil de encontrar en los alimentos y se recomienda como antioxidante y para el control del colesterol malo o LDL. Del cous cous también son apreciadas sus facilidades de consumo, no es un alimento pesado. Su pequeño tamaño y la existencia de distintas variedades integrales o para persona intolerantes al gluten son muy apreciadas por parte de los consumidores. El potasio es beneficioso para el sistema nervioso y muscular y para combatir los calambres y el magnesio para el sistema nervioso y muscular. El sistema intestinal también se ve favorecido gracias a su contenido en fibra. Los bajos niveles de sodio de los que son ideales en casos de hipertensión y niveles colesterol en sangre elevados, y cabe apreciar su efecto en la regulación de fluidos y la eliminación de toxinas Cómo se toma el cuscús: recetas y usos en la cocina Uno de los grandes atractivos del cous cous es sin duda su versatilidad culinaria y las enormes posibilidades que posee tanto en la cocina más salada, con la que cabría asociarlo de forma natural, como en la cocina dulce, gracias a su sabor neutro. Si a eso sumamos sus propiedades y su valor nutricional no es extraño comprender las razones de su creciente popularidad más allá de las cocinas y gastronomías norteafricanas. La preparación más tradicional que podemos encontrar de este plato es la que se elabora en Marruecos, cocido al vapor en un recipiente especifico llamado cuscusera, que permite colocar los granos en un colador de la parte superior, donde aprovechan el vapor del estofado que se prepara debajo con garbanzos (la combinación con legumbres y frutos secos asegura un completo aporte nutricional de los nutrientes esenciales que necesita nuestro organismo), verduras y carnes, ya sea ternera, pollo o cordero en las principales celebraciones de la tradición musulmana, impregnándose durante horas de todo su sabor. Se consigue una pasta suelta y aromática. Como en esa receta tradicional, lo común es encontrarlo como guarnición, frío o caliente e incluso con salsas. Existen diferentes tipos de combinaciones y cocinados: cocido, al vapor, tostado… Cada país y cada gastronomía tiene su propia interpretación con ingredientes variopintos como verduras, frutas o especias. En Túnez se combina con harissa, en Líbano es ingrediente fundamental del tabulé. No es raro encontrar también preparaciones con pescado. Un mundo infinito de guarniciones, pero también de ensaladas, salteados o cualquier otra cosa que puedas imaginar. Para prepararlo de la forma más simple posible es necesario hidratarlo con agua o algún tipo de caldo a cierta temperatura durante un tiempo variable en función de tipos y marcas, por lo que no pierdas de vista las instrucciones de cocinado y ten en cuenta que muchas versiones comerciales viene ya precocidas. Lo normal es combinar la misma cantidad de líquido que de cous cous: llevar a ebullición, meter los granos, apagar y mantener durante unos minutos hasta completar la cocción. En tu tienda María Drexler, puedes encontrar Cous Cous integrales, de trigo o de maíz. Fuente:https://www.bonviveur.es/
La cocina contemporánea, en prácticamente cualquier parte del mundo, es impensable sin la pimienta. No importa el continente, ni el estilo de cocina, ni si se trata de una receta para comida o para cena. Siempre está ahí. Por esa razón se le conoce como “la reina de las especias”. Ahora bien. Así como su omnipresencia, podrás darte cuenta también que hay más de un tipo, y que se les puede identificar a cada uno de ellos por su color y hasta por su tamaño. Es por eso que hoy te hablamos de algunas de las pimientas más comunes de uso en la gastronomía, para que la próxima vez que necesites usarlas, sepas perfectamente lo que estás adicionando en tu receta. Propiedades de la pimienta Lo que consumimos como pimienta no son más que los granos de las bayas del árbol Piper nigrum, una especie trepadora que crece en zonas tropicales húmedas, y que es originaria de la India. Por cada 100 gramos de esta especia, se obtienen 251 calorías, 3.3 g de grasa, 20 mg de sodio, 1.3 mg de potasio, 64 g de hidratos de carbono y 0 colesterol. A su vez, se le reconocen propiedades como la de retener minerales como el potasio, para controlar el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. También promueve el crecimiento celular, por lo que es un eficaz antioxidante. Un último beneficio práctico: cuando se pimienta una comida, lo más común es que se reduzca el uso de sal. Lo cual beneficia de mayor manera a pacientes con hipertensión o cálculos renales. Sus tipos Llegados a este punto, tenemos que decirte: no todo lo que te venden en el súper o en recauderías, es pimienta. La única que sí lo es, es la que proviene el árbol Piper nigrum, y se divide en algunas variedades más. Pimienta negra Es la de uso más extendido en el mundo. Se recoge cuando su fruto no está del todo maduro y es amarillento. Se seca al sol por una semana, hasta que se arruga y así es como se comercializa. De ahí su color. Es diminuta. Tiene un sabor intenso cuando se le tritura en el momento, y que es mucho mejor que el de la que ya se vende “molida”, y se usa para todo: lo mismo arroces, que guisos, ensaladas, acompañamiento de quesos, carnes blancas y rojas. Pimienta verde Es la más cara y exclusiva de todas. Consiste en el grano de la pimienta, cuando se le recoge verde y se deja secar con la piel tierna expuesta. Su aroma es afrutado y apenas pica. Generalmente se le consume en guisos y viene en presentación de salmuera, para su máxima duración. Pimienta blanca Esta consiste en el grano que se recoge, una vez que la pimienta está madura y de color rojo. Luego se le sumerge en agua, para que se le caiga la piel roja. Lo que queda, se tritura o vende seco. Cabe destacar que es la que tiene el sabor más tenue y se le utiliza mucho para sazonas cremas o salsas blancas, en las que los puntos negros de las otras pimientas parecerían antiestéticos. Las otras pimientas Estas no son pimientas como tal, pero se les conoce de tal forma, porque su sabor se asemeja al de una original. Tal es el caso de: Pimienta de cayena También se le conoce como pimienta roja, pero consiste en una mezcla de varios tipos de chiles rojos. Primero se les seca y luego se muelen. Tiene una elevada intensidad de picor y su olor es muy característico. Es buena para aportar color y sabor a platos de carne, pescados o verduras. Pimienta rosa Es originaria de Perú, que se cultiva mucho en Brasil. Se trata de granos de bayas muy maduras, que saben afrutado y con toques frescos. Pimienta de Jamaica Tiene un color marrón, a causa de que las bayas de donde proviene se recogen verdes y de dejan secar al sol. Esta especia tiene sabores parecidos al del clavo, la canela y la nuez moscada. Va bien con postres. Recuerda que dispones de todo un surtido de pimientas del mundo en tu tienda María Drexler Fuente:https://www.directoalpaladar.com.mx/
Es la estrella de la cocina alemana primaveral. Está empezando la temporada de los espárragos (Spargelzeit) en Alemania y no sólo los gourmets están disfrutando al máximo de los finos tallos en todas sus variedades. Asparagus officinalis, así se llama oficialmente este manjar de temporada que en estos días está muy presente en la cocina alemana sobre todo en el sur y en el suroeste del país. Entre abril y junio el menú en la mayoría de los hogares y restaurantes gira alrededor del espárrago. Pero mientras que en los demás países se piensa en tallos verdes al hablar de espárragos, en Alemania es su hermano, el espárrago blanco, quién predomina en las mentes y en los paladares. Existen en total tres distintos tipos de espárragos (los verdes, los morados y los blancos) y todos ellos provienen de la misma planta. La diferencia es que el blanco todavía no ha salido de la tierra y se trata entonces de los brotes de la planta. Al entrar en contacto con el sol los brotes enverdecen y se colorean. En primer lugar se ponen morados y cuando los tallos han salido completamente de la tierra se convierten en verdes. Con el color también se modifica el aroma y así los brotes blancos tienen un sabor muy suave mientras que los verdes saben más fuertes. El cultivo de los espárragos blancos es consiguientemente algo más laborioso. Evitando que los brotes rompan el suelo que les cubre, se tienen que cortar dentro de la tierra con una herramienta especial y una técnica elaborada para no romper la lanza, todo a mano. El suelo es por ello uno de los criterios más importantes para una buena cosecha de estos finos tallos. Lo ideal son terrenos arenosos y secos porque así los brotes pueden crecer fácilmente hacia arriba sin encorvarse por dificultades en el camino. Una insolación constante es otro factor clave porque así el suelo se calienta rápidamente después del invierno y anima al tocón de raíz a brotar. En Alemania existen ciertas regiones dotadas con dichas condiciones y son conocidas en todo el territorio por sus exquisitos espárragos blancos, no sólo entre los gourmets. Entre ellos destacan Schrobenhausen en Baviera, Schwetzingen en Baden-Wurtemberg, Beelitz en Brandeburgo o Neustadt am Rübenberge en Baja Sajonia. También en su preparación, este tipo de espárrago es muy delicado y existen algunos trucos en su manejo. Lo primordial es que sean frescos al comprar y que se almacene como máximo tres días antes de la cocción. Para ello, tienen que estar envueltos en un paño de cocina húmedo y guardados en el frigorífico sin que les de la luz. Antes de prepararlos, a cada lanza se tiene que quitar un buen trozo de la parte de abajo del corte y pelar la cascara con precisión para que luego no queden «hilos» duros al degustarlos. Finalmente, se cocinan preferiblemente de pie en una olla alta con agua salada para que las finas puntas solamente se cuezan al vapor. A fin de cuentas, los espárragos blancos son una exquisitez por lo que exigen un trato delicado. Por ello en la Edad Media se consideraron un producto de lujo con el que se demostraba el estatus social. Por suerte, hoy en día están disponibles para casi todos los bolsillos, no sólo por la industrialización y conservación sino también porque frescos se venden en distintas categorías y a diferentes precios. Aunque a partir del 1 de julio de 2009 ya no es obligatorio calificar los espárragos, en muchos comercios y sobre todo en los mercados se siguen indicando las tres clases. En general, los espárragos de la clase «extra» y la primera clase se caracterizan por un color absolutamente blanco y una lanza perfectamente recta con las puntas bien cerradas. Además, están clasificados y distinguidos por su grosor. Son las clases más caras y dependiendo del tiempo y de la cosecha pueden variar mucho. Actualmente suelen rondar los diez Euros el kilo. En la segunda clase está permitida una leve coloración morada en las puntas que a su vez están ligeramente abiertas. Las lanzas pueden estar algo torcidas y no tienen que tener el mismo grosor. El kilo está disponible a unos cinco o seis Euros. Estas tres categorías se utilizan para recetas donde el espárrago en todo su tamaño y esplendor es el protagonista indiscutible del plato, por ejemplo, espárragos blancos con salsa holandesa (Spargel mit Sauce Hollandaise). A un precio mucho más económico, ya a partir de los tres Euros por kilo, se venden también los espárragos no conformes (Gemüsespargel) o rotos (Bruchspargel) que se pueden utilizar perfectamente en sopas o ensaladas, como por ejemplo, en una sopa de espárragos al vino blanco (Spargelsuppe mit Weißwein) o en una ensalada de espárragos con aguacate (Spargelsalat mit Avocado). Al final, los espárragos blancos son una delicia en todas sus vertientes y al estar en Alemania por estas fechas uno no puede perderse la degustación de este típico manjar. A veces, la primera cosecha se adelanta unas semanas debido a un invierno bastante más templado y en algunas regiones se puede disfrutar de los primeros brotes ya a finales de marzo. Hasta que finalice la temporada el 24 de junio, el día de San Juan Bautista (Johannistag) queda aún un poco de tiempo y el así llamado «oro blanco» va a ser el protagonista tanto en los mercados locales, como en los restaurantes y en las cocinas alemanas. Fuente:https://actualidaddealemania.com/